La araña que vivía en una canaleta
Érase una vez…
…una Araña que vivía muy tranquila en la parte inferior de una canaleta.
Pasaba los días muy tranquila en su telaraña viendo pasar los coches. Los contaba de tres en tres, porque como era muy pequeña sólo sabía contar hasta tres.
Un día mientras tomaba el sol apareció un Caracol. Con cara de muchas prisas, algo muy raro en los caracoles.
– «¿Dónde vas, Caracol ?», le pregunto Araña
– «A visitar a mis amigos que viven en el tejado. me han invitado a comer. Así que me marcho que me queda mucho camino.»
Araña se quedó pensativa. mientras lo veía subir por la canaleta. En el fondo se encontraba un poco sola y pensó que quizás en el tejado podría encontrar nuevos amigos. Entonces decidió subir ella también por la canaleta. Preparó su mochila y comenzó su viaje.
De pronto el sol se escondió. El cielo se llenó de nubes negras. Y comenzó a llover. Araña casi veía el tejado, estaba muy cerca, pero una enorme gota de lluvia la arrastró.
Se despertó y vio que se encontraba otra vez al principio de la canaleta. Se puso muy triste porque había estado tan cerca de lograrlo.
De repente un coche pasó muy cerca y de humo la llenó. Tosió un poco y decidió que tenía subir aunque le costara mucho.
Miró al cielo y vio el sol brillar. No podía rendirse. Así que agarró su mochila y volvió a subir . Un, dos, tres, uno, dos, tres, uno, dos , tres…
Después de muchos un, dos, tres. Por fin llegó al tejado.
Era verdad lo que le había contado caracol. Allí vivían muchas arañas, caracoles y hasta alguna lagartija. La recibieron muy bien y decidió quedarse a a vivir allí.
Ya nunca más estuvo sola y ¿sabes otra cosa? aprendió a contar hasta diez.
Pero eso ya es otra historia…
Reflexiones para los adultos…
La primera vez que oí esta canción, pensé que la araña debía estar un poco loca para intentar una y otra vez subir si lo tenía tan dificil y total para nada con sentido por lo menos para mí.
Vamos que parecía condenada como Sísifo a subir una y otra vez.
Me dio pena la probrecita, así que preferí darle un final feliz y premiar el esfuerzo de alguien que no se rinde ante las adversidades. Para mí que la perseverancia es un buen valor para inculcar a nuestros pequeños.
Es importante no rendirse ante las dificultades que seguro aparecerán en nuestra vida y seguir adelante con voluntad y esperanza.
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