Érase una vez …
…una mamá cabra que tenía 7 cabritas y vivía muy tranquila en el bosque.
Un día tuvo que marcharse a trabajar antes de que llegara abuela cabra a cuidarlas. Pero mamá cabra no se iba tranquila al tener que dejar solas a las cabritas, aunque fuera un ratito. Por eso insistió mucho en que la escucharan bien y estuvieran atentas por si llegaba el peligroso lobo.
– «Mirad que el lobo es muy listo y va a intentar engañaros. Así que estad muy atentos a los detalles que os he enseñado», les volvió a repetir la mamá ( y es que las mamás a veces repiten mucho las cosas, pero es porque se preocupan)
– Sí, mamá», dijeron todas las cabritas
El lobo estaba esperando que mamá cabra se marchara. Porque los lobos malos siempre saben elegir el momento para atacar. Por eso cuando mamá se había alejado de la casa el lobo se acercó a la puerta y con voz grave les dijo:
-«Abrid niñas, que soy la abuela que vengo a cuidaros.”
Las cabritas se miraron y le dijeron:
-«No, tú eres el lobo. Lo sabemos porque tienes la voz muy grave.»
Segundo intento
El lobo se marchó un poco enfadado. No había podido cazar a las cabritas tan fácilmente como había pensado al principio. Por eso se fue a casa y se comió un montón de huevos para suavizar la voz. Esta vez las engañaría. O eso creía él.
Regresó de nuevo a la puerta. Y les dijo:
– «Abrid, niñas que soy la abuela», ahora la voz del Lobo resultaba muy dulce.
Las cabritas se miraron y alguna pensó abrir. Pero al final dijeron:
-«No, eres la abuela. Eres el lobo, porque tus patas son negras».
Tercer intento
El lobo se volvió a marchar, bastante enfadado. Vaya con las cabritas que listas eran. Pero ya sabía cómo engañarlas. Así que al llegar a casa se llenó las patas de harina. Ahora sus patas estaban completamente blancas y asI con las patas disfrazadas volvió de nuevo a la casa de las cabritas.
-«Hola niñas, soy la abuela que ya estoy aquí».
Las cabritas se miraron, la voz era suave y las patas blancas. Esta vez sí era la abuela. Y cuando estaban a punto de abrir la puerta la más pequeña de las cabritas les dijo a us hermanas:
-«No se os ocurra abrir la puerta. No es la abuela, sino el lobo».
-«¿Y cómo lo sabes?», le dijeron sus hermanas
-«Porque acabo de llamar por teléfono a la abuela y me ha dicho que no abramos. Viene de camino. En la puerta está el lobo» . Respondió la pequeña con cara muy seria.
El lobo empezó a golpear la puerta. Las cabritas se miraron asustadas. Temían que la puerta no aguantara los golpes violentos del lobo. Pero en ese momento llegó la abuela con un policía . El lobo al verlos llegar salió corriendo. Porque los lobos en el fondo son muy cobades.
Creo que el lobo no llegó muy lejos porque la policía lo atrapó. Pero eso ya es otra historia.
Nota para los adultos:
Seguro que ya les habéis prevenido de los extraños en la calle. Pero hoy día tenemos nuevos medios y gente que los utiliza para engañar a los más pequeños (y a veces no tan pequeños). Quizá este cuento os sirva para recordárselo. Que sepan que sus mayores están ahí para ayudarles y que si tienen alguna duda a quien deben acudir es a vosotros.