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Los cazadores y el oso

Cuento popular

Érase una vez …

…dos amigos que un día decidieron salir de caza, pero como  tenían un poco de hambre pensaron que primero iban a tomar algo de comer. Por eso antes de comenzar su caminata pasaron por una posada y allí comieron y bebieron hasta hartarse.

Cuando llegó el momento de pagar, uno de ellos le dijo a la posadera:

«Mira, vamos de caza. Y con la piel del oso que cacemos te pagaremos.»

La posadera no estaba muy convencida , pero pensó que de otra manera no iba a cobrar. Así que no quedó más remedio que aceptar el trato.

En el bosque

Los cazadores llegaron al bosque tan contentos, con sus barrigas llenas y medio adormilados porque habían comido demasiado. Así que decidieron echarse una siesta y ya cazarían más tarde al oso.

Mientras estaban durmiendo tan tranquilos , pasó por allí un oso un poco enfadado porque venía de pescar y no había conseguido ningún pez. Cuando los vio  pensó acercarse a ellos, quizás pudiera comer algo ese día. Uno de los hombres se despertó en ese momento y al ver al gran oso que venía hacia ellos, salió corriendo y se subió a un árbol.

El otro cazador no fue tan rápido y como no le daba tiempo a escapar,  pensó que lo mejor sería fingirses el muerto. El oso se acercó a él y le olió, pero cómo el hombre estaba muy quiero, creyó que realmente estaba muerto y como los osos no comen carne muerta lo dejó allí,  mientras se marchaba a buscar algo mejor para comer.

Al ver que el oso se marchaba el hombre que estaba en el árbol, bajó y llegó junto a su compañero.

«¡Qué suerte hemos tenido!. Nos hemos librado. Pero que te ha dicho el oso al oído.» le dijo sonriente.

A lo que el cazador,que aún estaba en el suelo, todavía muy asustado le contestó:

«Me ha dicho que…»

«No vendas la piel del oso, antes de haberlo cazado. «

 

Nota para los adultos:

Esto nos sirve para explicar a los niños que no hay que dar nada por hecho. Y más si lo que esperamos no es facil de conseguir.  No nos vaya a pasar como a los cazadores y en vez de cazar un oso lo que nos llevemos sea un buen susto.

Y es que hay osos muy listos, incluso algunos aman los libros.